Iglesia De La Concepción

Fue la primera parroquia de Tenerife, y matriz de todas las creadas desde el s.XVI. El Adelantado estableció su emplazamiento en este solar, tras celebrar en 1496 la festividad del Corpus, por primera vez en Tenerife. La primitiva iglesia sufre numerosas modificaciones, ampliaciones y reformas durante todos los siglos siguientes. Se trata de un amplio templo de tres naves separadas por una arquería de medio punto sobre columnas de fuste cilíndrico en toba roja y capiteles con decoración variada: baquetones góticos, vegetación o mascarones. La capilla mayor fue modificada a finales del siglo XVIII, cuando se sustituye la antigua por un nuevo espacio cubierto por una bóveda nervada que evoca la de la Catedral de Santa Ana en Las Palmas de Gran Canaria.

En 1948, fue declarado Monumento nacional histórico-artístico; en 2015 se modifica la categoría del Bien de Interés Cultural "Iglesia de la Concepción" por la de Monumento.

La portada principal del templo, en el lado del Evangelio, muestra un arco de medio punto delimitado por sendas columnas de fuste liso. La portada del lado de la Epístola muestra un diseño similar en un lenguaje barroco característico. La cabecera del templo fue también modificada a finales del siglo XVIII por Diego Nicolás Eduardo, que introduce formas neoclásicas.

La torre constituye el elemento emblemático de la iglesia. Ejecutada en cantería y de base cuadrada, aparece rematada por un templete sin chapitel. En su base se ubica el bautisterio, cubierto por una bóveda nervada de inspiración goticista. La más antigua de las iglesias parroquiales de la isla tuvo un emplazamiento distinto del actual, posiblemente entre la calle Adelantado y la calle Marqués de Celada. En 1511 se decide levantar un nuevo templo de tres naves, más próximo al centro de la incipiente Villa de Arriba. En los primeros 30 años del siglo XVI las obras de transcurren con mucha lentitud y concentradas en la cabecera de la iglesia. Finalizan en 1558, aunque conocerá ampliaciones a lo largo de los siglos siguientes. La construcción de la torre fue igualmente azarosa. Tras sendas construcciones en 1577 y 1630, la fábrica definitiva es de 1694 a 1697; de piedra molinera, es la tercera que ha tenido el templo y hoy en día es el símbolo más representativo de La Laguna. Pero la mala calidad constructiva, el paso del tiempo y las deficiencias en el mantenimiento del edificio propiciaron una reedificación completa en 1738 y aún posteriormente en 1778 bajo la dirección de Diego Nicolás Eduardo. Su intervención se centra en la capilla mayor y en la cabecera del templo.

Fue reconstruida en 1974, tras el hundimiento de sus naves en los años 60. El derrumbe de la cubierta trajo consigo una restauración poco afortunada que eliminó el pavimento anterior y la modificación de algunos huecos.

El templo atesora un rico patrimonio artístico: Destaca sobremanera el púlpito, pieza barroca tallada en maderas nobles a comienzos del s.XVIII (madera tallada de cedro y barbuzano, sin policromar, atribuido a Juan Rodríguez Bermejo hacia 1717-1729. Ubicación: en la nave central, primera columna del lado del Evangelio.) y considerado como una joya insuperable en su género. Históricamente ofrece gran interés la pila bautismal de cerámica sevillana del S.XV que, según se dice, fue traída por el primer Adelantado y sirvió para bautizar a los primeros guanches de Tenerife.

De su riqueza escultórica merecen mención La Predilecta (La Dolorosa), de José Luján Pérez en la Capilla del Santísimo Cristo; El Cristo del Rescate, del gótico tardío español, (s..XVI); San Pedro y la Inmaculada Concepción, última talla (hacia 1849) del imaginero tinerfeño Fernando Estévez (1781-1854); El grupo de La Piedad, de Lázaro González (S. XVII); Una imagen de San José (Escuela genovesa del s. XVII).

Entre la obra pictórica se encuentra: El famoso San Juan Evangelista, de Cristóbal Ramírez, en el que según la tradición se observaron exudaciones de sangre en 1648; Un gran lienzo de Cristóbal Hernández de Quintana 1651-1725, titulado Cuadro de las Ánimas.

También posee el templo un importante conjunto de piezas de orfebrería , como la Gran Custodia del Marqués de Bajamar y la del Corpus; diversos retablos y un bello coro, labrado en el primer tercio del s.XVIII por Rodríguez Bermejo.