Edad contemporánea
El comercio exterior y la riqueza agrícola del Archipiélago -los vinos de malvasía se convierten en los más famosos y apreciados del mundo-, además de su situación estratégica, convocan una afluencia variopinta y cosmopolita compuesta por españoles, portugueses, ingleses y gentes de los Países Bajos que dan origen a la población actual de las islas.
Por idénticas razones, el Archipiélago está en constante punto de mira de piratas y potencias extranjeras. Las escaramuzas se suceden. En 1797, el almirante Nelson trata de tomar con sus naves la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Es derrotado por el general Gutiérrez y pierde el brazo derecho en la batalla. Las cartas y los obsequios que se cruzan los mandos de las tropas combatientes, antes de que Horacio Nelson abandone las aguas tinerfeñas, son un testimonio del carácter hospitalario y cordial de los isleños, incluso en la guerra.
A través de toda su historia, las Islas Canarias han mantenido ciertas particularidades económicas y administrativas con respecto al resto del territorio nacional, debido a su situación geográfica.
En épocas recientes, estas diferencias se plasmaron en la Ley de Puertos Francos de 1852, en la creación de los Cabildos Insulares que, como ya hemos dicho en otro epígrafe, vienen a ser una especie de gobiernos insulares (1912) y con la puesta en marcha de la ley de Régimen Económico-Fiscal especial para el Archipiélago.
En 1982, Canarias se convierte en Comunidad Autónoma y, en 1986, con el resto del Estado Español, se integra en la Comunidad Económica Europea, a través de un modelo diferenciado.