Artesanía
Una de las labores más apreciadas por el visitante son el calado y la roseta. La primera es una tarea de bordado basada en una técnica consistente en ir deshilando una tela tensamente sujeta a un bastidor de madera, que requiere gusto, paciencia y precisión. El resultado se suele aplicar, sobre todo, a la mantelería y es de una gran belleza plástica. La roseta se elabora principalmente en la zona de Vilaflor, y consiste en formar dibujos con hilos que se van cruzando entre alfileres puestos en un pique - pequeño soporte casi esférico realizado en trapo -. Con la unión de estas pequeñas piezas se obtienen paños individuales y composiciones de gran belleza.
El turista y el visitante puede verse abordado, en las calles céntricas de Santa Cruz o en los centros turísticos donde resida, por vendedores ambulantes que les ofrecen a precios muy interesantes, "mantelerías artesanales canarias". Cada cual es muy dueño de comprar los souvenirs que prefiera; pero hay que advertir que, en ningún caso, estos productos ofertados por vendedores callejeros son auténticos, sino juegos de manteles realizados en serie, por procedimientos industriales, procedentes, por lo general de países asiáticos.
En este breve capítulo dedicado a la artesanía hay que destacar la histórica habilidad de los carpinteros del norte de Tenerife -La Orotava y Los Realejos, principalmente-, maestros en la talla y en la realización de puertas, celosías, balcones, ventanas, y un personalísimo mobiliario que es el complemento interior ideal de las mansiones de estilo arquitectónico puramente isleño.
La cestería isleña también tiene sus características propias y los artesanos de esta especiliadad suelen realizar sus trabajos, a la vista del público, en las ferias artesanales que se suelen celebrar con ocasión de las fiestas mayores de los pueblos, ciudades y villas de la Isla.
Alfarería y Cerámica
Existe, en Tenerife, como en el resto de las Islas Canarias, toda una tradición artesana del barro que se deriva de la cerámica primitiva realizada por los antiguos guanches, quienes desconocían el torno. Los trabajos ceramistas de sus continuadores siguen ignorándolo. La arcilla se trabaja con las manos y produce unos resultados de enorme autenticidad, ya sea en los objetos primitivamente destinados a la utillería doméstica, como los gánigos y asadores, o en los meramente decorativos y de adorno personal: collares de cuendas o las famosas pintaderas, una especie de símbolo, que se repite, con la espiral, en la iconografía guanche: un entrelazado de triángulos dentro de otro triángulo común.
Web: www.tenerifeartesania.es - http://www.artenerife.com