El Vino
El origen del viñedo en Canarias, y en particular en Tenerife, se remonta a la época de la Conquista por la Corona de Castilla. Las variedades de vid traídas por los propios colonizadores eran blancas y aptas para producir vinos de alta graduación, que permitiese su fácil conservación.
Las variedades que producían vinos de inferior calidad pasaron a llamarse vidueños, mientras que la Malvasía, oriunda de Grecia, destaca sobremanera entre todas las variedades nobles. El vino obtenido de esta variedad fue considerado el mejor del mundo y estaba presente en las cortes europeas, así como en las bodegas mejor surtidas del Viejo y Nuevo Continente, llegando a ser las denominaciones de "Sack" o "Canary" exponente de un verdadero origen y tipo de vino de Canarias.
Entre los siglos XVI y XVII, el vino y la vid representa un papel fundamental en la economía y en la sociedad de Tenerife, alcanzando su cénit en la segunda mitad del S.XVI, como consecuencia de la crisis del azúcar.
Entre las muchas referencias que del vino hacen historiadores y escritores de la época, merecen mención especial las de Sir William Shakespeare a través de sus personajes y descripciones literarias, de forma primordial a través de Falstaff, a quien denomina "la barrica de Canarias", y las de Sir Walter Scott en su obra "Ivanhoe". En la obra de Shakespeare, "Enrique IV" (2ª parte, acto II, escena IV) se lee lo siguiente, que dice Mistress Quickly (la Celestina Inglesa) a Doll Tearsheet: "But, i´faith you have drunk too much canaries and that´s a marvellous searching wine, and it perfumes the blood ere one can say: What´s this?"("Por mi fe que habeis bebido demasiado vino canario. Es un vino maravillosamente penetrante y que perfuma la sangre antes de que se pueda decir: ¿qué es esto?").
Otras referencias del mismo autor figuran en "The Merry Wives of Windsor" y en "Twelfth-Night", donde Sir Tobias pregunta a Sir Andres Aguecheek : "O Knigh! Thou lackest a cup of canary?..."
Las Leyes de Navegación inglesas de la segunda mitad del S. XVII, la protección inglesa a los vinos portugueses y la Guerra de Sucesión española a principios del S. XVIII influyeron negativamente en el comercio exterior del vino de Malvasía, produciéndose pérdidas considerables con respecto a la etapa anterior.
La respuesta por parte de los comerciantes de vino canarios a esta crisis fué la exportación de vinos de vidueño y "falsos Madeiras", al amparo de la moda de este vino, introduciéndolo como tal en Inglaterra y en la América inglesa. Por ello entraron en Canarias vides tintas en el S. XVIII, necesarias para la creación de dicho vino.
Ahora, mucho tiempo después de aquélla serie de avatares históricos y comerciales, los vinos de Tenerife vuelven a reclamar su propia personalidad y se erigen en el mejor acompañamiento de la cocina insular. Tenerife cuenta, hoy en día, con excelentes tintos jóvenes y otros vinos, amparados por cinco denominaciones de origen que atienden a sus diferentes zonas de cultivo.
Casa Museo Insular de la Vid y el Vino
Web: Casa Museo del Vino
Situada en el norte de Tenerife, una casona tradicional canaria alberga La Casa del Vino "La Baranda", y ofrece al visitante la oportunidad de conocer de cerca el rico patrimonio vitivinícola de la isla, en un enclave privilegiado con maravillosas vistas al mar y al Teide.
Viñedos y Variedades
La calidad de las variedades de vid introducidas por los colonizadores, unida a la ausencia en esta isla de la plaga de la filoxera que arrasó los viñedos de Europa, hicieron posible la creación de una excelente reserva vitivinícola.
Los viñedos están situados entre los 50 y 1600 m. sobre el nivel del mar; las variedades autóctonas más difundidas son la Listán Negra, que confiere a los vinos riqueza en aromas primarios; la Negramoll, que produce vinos secos, ligeros, suaves y redondos, y la Listán Blanca que armoniza bien con las dos anteriores. En menor medida se cultivan otras variedades como Malvasía, Gual, Tintillo, Forastera y Moscatel.
Para la elaboración de caldos de crianza y reserva, las variedades locales presentan ciertas limitaciones.
De las 106 bodegas que están abiertas en Tenerife, sólo 9 de ellas superan producciones de 100.000 litros de vino.