La costa, entre playas y acantilados
La costa, entre playas y acantilados
La descripción de una isla no estaría completa sin una alusión a sus costas. El litoral de Tenerife es, en general, escarpado y rocoso, aunque lo es más en la vertiente norte que en la sur. Las costas del norte se caracterizan por la presencia de imponentes acantilados que, con frecuencia, ocultan a sus pies pequeñas calas de arena negra.
Quizá el ejemplo más significativo de costa acantilada lo puedas contemplar desde el mirador de Archipenque, al noroeste. Las vistas desde aquí te mostrarán los acantilados de Los Gigantes, que se levantan sobre el mar como imponentes murallas de roca. Pero también, asomándote al mirador de La Garañona, te sorprenderá el vertiginoso desnivel que te separa de la playa.
A esta escarpada costa se opone el litoral más suave del sur. Esta zona es rica en playas de arena fina y de tonalidades claras, debido a la composición de los materiales que las forman. Un buen ejemplo de ello lo encontrarás en El Médano y en la playa de La Tejita. Esta es una de las razones que han convertido al sur de Tenerife en la zona más turística de la Isla.
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