La Fauna de Tenerife
Fauna
La fauna de la Isla de Tenerife tiene sus orígenes en el norte de África y la cuenca mediterránea. A partir de su llegada se han desarrollado una cantidad significativa de especies endémicas debidas al aislamiento insular y la variedad ambiental, vinculadas a los diferentes ecosistemas y pisos bioclimáticos. A grandes rasgos se pueden caracterizar dos tipos de fauna: terrestre y marina.
Fauna terrestre
La fauna terrestre se encuentra asociada a los pisos bioclimáticos, apareciendo y desapareciendo en relación a las formaciones vegetales representativas de cada uno de ellos. Las zonas costeras y litorales son ricas en invertebrados (insectos y arácnidos fundamentalmente), reptiles (como el lagarto tizón) y en menor medida, aves. Entre los primeros destacan numerosas orugas, arañas, escarabajos y tijeretas; y entre las aves, camineros, alcaravanes, trompeteros, gaviotas, petreles o águilas pescadoras. Algunas de estas especies se pueden localizar a mayores alturas en función de características ambientales locales.
El monteverde, compuesto por laurisilva y fayal-brezal, es el espacio más rico en endemismos, con muchos invertebrados (gusanos, caracoles, arañas o mariposas). La humedad ambiental alta, y la abundante disponibilidad de materia orgánica en forma de hojarasca, troncos en descomposición y numerosos pequeños hábitats (piedras, cuevas, sustratos rocosos), sostienen una enorme actividad biológica. Destacan las aves, con la presencia de variedades endémicas de palomas turqué y rabiche, y algunos murciélagos que habitan las cuevas.
Los pinares son secos, muy soleados y con grandes contrastes de temperatura. Aunque la acidez de la hojarasca del pino (pinocha) no favorece el desarrollo de la fauna, se pueden encontrar orugas, escarabajos, arañas, mariposas, algunos de los cuales se alimentan de madera. Entre las aves se pueden encontrar pinzones, picapinos, canarios, aguilillas, gavilanes, búhos y lechuzas.
Las duras condiciones térmicas, de insolación, y de humedad del piso de cumbre, condicionan ecosistemas con una rica fauna invertebrada que aprovecha la floración primaveral como alimento y la protección de piedras y vegetación para poder desarrollarse. Los vertebrados más representativos son las aves, como los pinzones azules, alcaudones, cernícalos o cuervos, y los reptiles, como el lagarto tizón.
Los mamíferos se encuentran poco representados en los diferentes ecosistemas insulares, apareciendo exclusivamente especies introducidas, como ratas, erizos y conejos. En este grupo se debe destacar la presencia de muflones en las Cañadas del Teide, mamífero herbívoro introducido en los años 70 para el fomento de la caza mayor. Dentro de este grupo, tan sólo algunos murciélagos y musarañas pueden considerarse endémicos.
Dentro de los ecosistemas terrestres, las cuevas y túneles volcánicos y los ecosistemas acuáticos de barrancos y cuevas, albergan una gran riqueza faunística, especialmente invertebrados.
Fauna marina
En el medio marino, las Islas Canarias tienen una riqueza mayor que la registrada en terrenos emergidos, en función de las variaciones de la luz, distancia a la costa o temperatura del océano. Abundan moluscos, insectos, medusas o aguavivas y un interesante zooplancton formado por minúsculos crustáceos y moluscos, base alimentaria de multitud de especies.
En sus fondos marinos, la isla presenta una enorme variedad de especies de moluscos (burgados, lapas, mejillones); crustáceos (cangrejos, centollos), equinodermos (erizos y estrellas de mar) y numerosas variedad de peces, que los convierten en espacios de gran atractivo por su vida y colorido.Alejándonos algo de la costa, las especies marinas pesqueras son sobresalientes. Podemos encontrar sardinas, bogas, chicharros y caballas, que se convierten en protagonistas de la gastronomía insular. En estas aguas, destaca la presencia de varias especies de tortugas como la boba, verde o la carey, y grandes mamíferos como calderones, cachalotes, delfines o zifios, siendo el suroeste de Tenerife un lugar privilegiado para su avistamiento.