Arafo

Documentalmente, Arafo figura ya con este nombre en las primeras datas de Tenerife, al comienzo del siglo XVI. Así, el 29 del noviembre de 1504, se le concede a Hernando de Fuentes una cantidad de tierra `en el pago de Guymar en Arafo´, que linda con el barranco de Añavingo... Pero ya desde tiempos anteriores a la conquista, los aborígenes ocuparon estas hermosas tierras. Viana atribuye este nombre a un caudillo guanche en sus Antigüedades.

Inmediatamente se producen los asentamientos coloniales en toda la comarca. Su crecimiento no fue rápido, quizás debido a su distancia de la costa; y, dentro de un entorno rural, basó su subsistencia en la agricultura.

Luego, en 1798, se procede a la elección de alcalde, diputado, personero y fiel de fechos. En 1812, se constituye en municipio, aunque no lo será plenamente hasta 1836. Alcanzó el título de Villa en mayo de 1983, siendo el primer pueblo en alcanzar esta distinción de la Presidencia del Gobierno de Canarias.

El pueblo empieza a surgir en las zonas conocidas como El Asserradero y Perdomo, aprovechando las aguas del naciente del Añavingo para la puesta en cultivo de las tierras. Dependía política y religiosamente de Güímar y Candelaria, hasta que en 1795 obtiene el título de Parroquia.