Guía de Isora
Antes de la conquista castellana de Tenerife, uno de los nueve menceyatos en que se hallaba dividida era el Daute, limitando con el de Icod, y se extendía más allá de la Punta de Teno hasta el barranco de Erques, incluyendo, por lo tanto, el malpaís de Isora.
La mayoría del poblamiento se asentó en la parte alta del municipio.
Sin embargo no fue inicialmente lugar muy habitado: en 1558 se dice que es "tierra despoblada, si no es alguna cueba o choza donde mora alguien y tiene su ganado cabruno y ovejuno".
Quizás fue este le motivo por el que su parroquia se erige hasta 1738 con e lobispo Juan Francisco Guillén; y ello, tras diversos avatares y muchas peticiones para conseguirlo. Aunque contara con una ermita desde el s.XVI, debida a la familia Ponte.
Sin embargo, fue en 1624 cuando se nombró el primer alcalde de Guía de Isora.
La vida y desarrollo del municipio ha estado caracterizada por la lucha por la subsistencia, que provocó sucesivas olas migratorias. Tenía, eso sí, ganadería ovina y caprina, lo que explica la presencia de manufacturas textiles.
Sólo la llegada del agua en la presente centuria logró el despegue y desarrollo del término municipal.