Buenavista del Norte

Buenavista es uno de los pocos pueblos en las islas que tiene su acta fundacional, otorgada por el Teniente Gobernador de Tenerife, el licenciado Cristóbal Lebrón, y el regidor Fernando de Llerena, a petición de los vecinos representados por Juan Méndez `El Viejo´ y Juan de Mesa.

El documento más antiguo relativo a este pueblo, que prueba su existencia como Concejo, es una escritura pública de agosto de 1516.

Su nombre le viene por lo maravillados que quedaron los conquistadores al avistar las bellezas de sus tierras. Nada más iniciarse la colonización de Tenerife, en los primeros años del siglo XVI, ya comienza a tomar forma, con la llegada de un considerable flujo de población que viene a asentarse aquí, atraída por los arrendatarios ya existentes en la comarca, para el cultivo de la caña de azúcar.

También las langostas, temibles insectos fueron visitantes de este lugar, asolando todos los campos que encontraban a su paso. Por ello, se reunieron los buenavisteros con su alcalde, el alférez Hernando Yanes Méndez y sacaron en rogativa a la imagen de la Virgen de los Remedios para ahuyentarlas, y asegura la historia, así fue. Desde entonces ha existido una gran veneración por la imagen.

No tardó en poseer una iglesia parroquial, bajo la advocación de Nuestra Señora de Los Remedios, y ocho ermitas repartidas en su amplio territorio. Contó también con un convento de franciscanos, fundado el 8 de diciembre de 1648, dedicado a Nuestra Señora de las Mercedes, en casas donadas por el vecino Pedro Hernández.

El 9 de septiembre de 1996 se le concede el título de Muy Honorable Villa. El 22 de junio de 1996, Buenavista vivió su último gran acontecimiento histórico, el terrible incendio de la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, que acabó con casi cinco siglos de patrimonio cultural y espiritual.