La Laguna
Es el 9 de julio de 1497 cuando aparece de forma oficial, por primera vez, el lugar de La Laguna, en el momento en que el Adelantado Alonso Fernández de Lugo designa a los seis regidores y jurados que formarían el primer ayuntamiento.
El año precedente de 1496, fue el de la fundación de la ciudad, pues comenzó el asentamiento de soldados y civiles en los alrededores de la iglesia de La Concepción, donde por vez primera se celebrara aquel año la fiesta del Corpus.
Pero este asentamieto en lo que se conocería como la Villa de Arriba, sólo duraría tres años. Las construcciones carecían de consistencia; las fangosas aguas del lago que formaban las abundantes aguas casi continuas de los barrancos hacían insalubre el lugar; el Adelantado pretendía, posblemente, formar una corte con las familias más distinguidas... Todo ello trajo consigo la prohibición, a partir de abril del año 1500, de permitir más edificaciones en el sitio original. Los nuevos edificios habrían de levantarse desde el hospital de Santispíritu hacia el lugar de Abajo.
En 1510 ya tiene el título de ciudad y la distinción de Muy Noble y Leal desde 1534; su Cabildo actuaba como tal desde 1497, rigiéndose por sus propias ordenanzas desde los primeros momentos y a las parroquias de La Concepción y de Los Remedios se suman pronto fundaciones conventuales.
La pujante ciudad se va configurando paulatinamente y con cuidado, de forma que "esté junta y no derramada"; así que desde la segunda década del s. XVI ya quedará prácticamente definido el casco de la ciudad que aparece en el plano de Torriani de 1590.
Tal y como señala Adrián Alemán en su Guía de La Laguna (1986), en tres aspectos destaca la ciudad. Primeramente, en la militar; ya desde sus inicios se encuentra presente el ejército, formado originariamente con los hombres que participaron en la conquista. Esta presencia, con distinta intensidad, se mantuvo a lo largo de los años, residiendo en La Laguna la Capitanía General de las Islas, trasladada aquí en 1723.
En segundo lugar, destaca como centro religioso de la Isla. A las parroquias primeras se unen muchas ermitas y, sobre todo, conventos religiosos: agustinos, dominicos, jesuitas, belemitas y órdenes femeninas fundan en La Laguna sus conventos. Esta importancia culmina con la creación,en 1818-1819 de la Diócesis Nivariense, que fija su sede en la ciudad.
Por último, en el terreno de la enseñanza también ha destacado ya que desde sus inicios contó con escuela, ampliada con diversos grados académicos y de estudios que aportaban los conventos hasta la definitiva creación de la Universidad de San Fernando de La Laguna en 1927.
Su importancia conoció un cierto declive, sobre todo en aspectos administrativos, con la creciente pujanza de Santa Cruz de Tenerife, principalmente tras la erupción volcánica del s.XVIII (1706) que cegó el puerto de Garachico.